Impuesto de sociedades, impuesto de sucesiones, impuesto de transmisiones...

No hay duda que la complejidad que ha generado con el pasar del tiempo la administración de impuestos, ya sea por los cambios en la forma de liquidar los conocidos impuestos a la renta empresarial, impuesto a la renta de las personas físicas, impuesto al patrimonio; como por la incorporación de nuevos impuestos, los cuales tienen sus propias características que hay que conocer a fondo para evitar errores de liquidación, requiere un asesoramiento profesional del tema ya que es imposible un conocimiento exacto de los mismos por las personas comunes.
El Impuesto sobre Sociedades es un impuesto personal y directo que grava la obtención de renta por parte de las sociedades y demás entidades jurídicas que residan en territorio español a las que aplica (asociaciones, fundaciones), en contraposición al IRPF que grava las obtenidas por personas físicas.
El impuesto de sociedades se estructura en torno a un pilar central: la contabilidad y la determinación del resultado contable de la sociedad, que constituyen los puntos de partida para la determinación de la base imponible y de la cuantía a pagar anualmente.
Es un impuesto muy importante a tener en cuenta por parte de todos aquellos autónomos que hayan creado una sociedad, generalmente sociedades limitadas y sociedades unipersonales. Y atención que desde 2016 las sociedades civiles también tienen que tributar por este impuesto.
Su tramitación no resulta sencilla, sobre todo por la obligación de llevar una contabilidad mercantil.
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